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LA OBSTINACIÓN POR SHAKESPEARE

 Ricardo III. Calixto Bieito. TGSM  Pienso que casi todo el teatro de Shakespeare se convirtió en una fuente inagotable de experiencias de laboratorio. De esa manera han surgido, personajes dignos de “estar en pie” en escena y otros que quedaron en la “probeta”, que nunca llegaron de destilarse. Igualmente estas deformidades escénicas caminaron entre las butacas bajo los aplausos. Frankestein también pervivió sin estar demasiado apegado a lo que reconocemos como humano. Conviene aclarar en esta semiótica que pretende ir más allá de la “vanguardia” el ensañamiento con la escenografía: qué ayuda y qué no a “dialogar” con el Ricardo III que transita junto a nosotros y sale a caminar por la calle Corrientes. Una estructura tubular para que los dueños de la casa York y de Lancaster se cuelguen es un artificio “necesario” o solo para crear “efecto” que desaparece de inmediato. Hace mucho tiempo, en la década de los setenta, la actriz española Nuria Espert reoresentó Yerma sobre unos...

DETRÁS DE LA FOTO. A Pablo Grillo

Existe un fotograma, una sucesión de fogonazos anteriores al disparo final. Una cadena de secuencias que sólo vos tenías en mente antes del disparo con el que se suspenden tus dedos y toda esa ingeniería de luz, abertura y diafragma. Siempre entendiste la cámara como detonante para fijar de una vez por todas el momento necesario, ese que aterra a la violencia y enceguece al poder. Esa última imagen es prueba indudable de la opresión, es puro testimonio veraz de tu compromiso con la vida de todos. Nunca serás un montón de palabras en vano, el destino nunca se pronuncia, corre por la zona de Congreso sin voz, se desprende de una “toma” que denuncia. Cada hombre busca a su manera convertirse en muchos, para repetirse en un celuloide, en una foto que trata de explicar lo injusto. Enseñaste a que la vida “quema” porque pide testimoniar aquello que enredan las palabras. Seguro que vas seguir con una cámara en mano. Fue tu manera inclaudicable de oponerte.

LA FÁBULA DE LA DEMOCRACIA

 Las aves. Grupo La calórica. Israel Solá. TGSM La vida en común muchas veces es una metáfora del desaliento. Se busca un supuesto “orden” pero el poder irrumpe para mostrar el lado más oscuro de los “fuertes” frente a los “débiles”. La historia del hombre ha servido para exhibir la repetición de la maldad y el abuso. El hombre se apropió de un lenguaje para seducir, para prometer y para dominar. En Las aves la pareja de humanos bípedos irrumpe para crear un universo de bienestar al alcance de unos pocos. Una teoría del confort a costa de la servidumbre nunca fue remedio para superar el “malestar” de vivir sujeto a otro. Israel Solá arma una cadena de dependencias con el objetivo de crear el absurdo de la naturaleza humana. Aristófanes fue suspicaz en la burla, se rió de cualquier teoría que pudiera explicar la actitud marginal del ser humano, esa cruel tendencia a perfilar hacia los costados. Quizá lo humano sea una pura provocación, una intención ingenua de poder andar “solo”, si...

UNA GUERRA TODAS GUERRAS.

El esquema fenicio. Wes Anderson. EE.UU. Alemania. 2025 La pregunta que uno nunca puede dejar de hacerse después de ver El esquema fenicio es si Wes Anderson calcó la realidad actual. Hay un artificio que caracteriza a  Anderson: es el “jugar” con los sucesos o crónicas  actuales para deformar, de alguna manera el dolor y el horror. Es decir, existe en Anderson un empleo hiperbólico de la batalla por el poder y del dominio financiero. De esta manera, construye personajes que son maquetas de “prontuarios” del FBI. Están distorsionados, pero como toda “deformación”, guardan un sesgo de los hombres reales. A partir de ese rasgo se los reconoce. Esos que aparecen con los brazos esposados en los medios, llevados a una condena irrisoria y poco creíble. En Anderson habla una voz irreverente, descreída que se fuga de la prisión. El único delito del que se lo puede acusar a Anderson es el poner en marcha una cadena de humanos que se parecen con crueldad a los a “verdaderos” de los diar...

MADRE HAY UNA SOLA

 Flores muertas. Natalia Villamil. Teatro Cervantes  Que las madres se separen de sus críos al parir solo alimenta la utopía de que ellas pueden asistir al crecimiento de sus hijos din dejar de ejercer tutela. Flores muertas exhibe una galería de mujeres heridas por una familia que las aparta de la vida. Quizás todas las madres despliegan una única maternidad: la posesión. Tener la “propiedad” de madre es también disponer del hijo: poder abandonarlo y luego intentar recuperarlo. Quizás la maternidad sea una especie cruel de un abandono primario y, “dejar a un lado”, sea útil para que ellas puedan hacerse camino como mujeres sin maternidad. Estas cuestiones aparecen y desaparecen en un escenario con una puerta central en la que entran y salen relatos fragmentados de una familia que se desarma. Los encuentros casuales, sin voluntad, tienden a agudizar diferencias y acentuar la distancias. Después de todo, lo cercano o lo lejano es una cuestión de cómo peleamos por ser diferentes...

UÑA VEZ MÁS EL ETERNAUTA

El cine convoca a que los directores se apropien de una escena y combinen signos hasta trnsformarlos en recursos estéticos. Toda la serie de Stagnaro es un compendio de habilidades para transmitir aquella pausa que hay entre la historieta de Oesterheld y el fotograma visual. Una cesura necesaria en la que se duda sobre la certeza de “comic” frente al celuloide. Siempre se pide agudeza entre los térimos visuales: el de la hoja con dibujos y texto y, por otro lado aquello que nos exhibe la pantalla. Muchas veces se discute la tarea  del director. Qué se permite y que no? En esta discusión aparecen la ética y la estética. Hay algo de la libertad de Stagnaro que me llamó la atención. Voy al grano. La salida del grupo humano, escapando de los cascarudos en fila. Salen de la Iglesia acompañados de la música del Credo de la Misa Criolla de Ariel Ramírez: huida y esperanza. Esa combinación audaz, por cierta, en la que un posible exterminio de lo poco que queda en pie unido a la fe es un lo...

EL COSTO DEL PERDÓN

Misericordia. Alain Guiraudie. Francia. 2024. Semana del Cine Francés.  El mundo clásico conocía el término castigo para sancionar. El cristianismo hizo de la palabra “misericordia” un léxico que se acercaba al perdón. De por sí el uso de la lengua trae aparejado sujetos y predicados, tanto materiales como inmateriales. El film de Guiraudie exhibe la “impudicia” un sentimiento también impulsado por el cristianismo. El pudor es contar con la presencia “grave” del otro como censor, o como espía. En Misericordia se construye una trama en la que todo suceso se perfila con fuerza endógena a la sumisión: esa vieja idea del temor y del sojuzgamiento a un ser necesariamente superior y con capacidad para “mirar hacia otro  lado”. De esa manera, en cada fotograma de Misericordia hay un costado al que no se ve. Esa zona de Misericordia plena de ausencia/presencia constituye una línea de fuga. Guiraudie, como párroco, siempre atento a la falta del hombre nos incomoda; nos arroja otra vez ...