UÑA VEZ MÁS EL ETERNAUTA
El cine convoca a que los directores se apropien de una escena y combinen signos hasta trnsformarlos en recursos estéticos. Toda la serie de Stagnaro es un compendio de habilidades para transmitir aquella pausa que hay entre la historieta de Oesterheld y el fotograma visual. Una cesura necesaria en la que se duda sobre la certeza de “comic” frente al celuloide. Siempre se pide agudeza entre los térimos visuales: el de la hoja con dibujos y texto y, por otro lado aquello que nos exhibe la pantalla. Muchas veces se discute la tarea del director. Qué se permite y que no? En esta discusión aparecen la ética y la estética. Hay algo de la libertad de Stagnaro que me llamó la atención. Voy al grano. La salida del grupo humano, escapando de los cascarudos en fila. Salen de la Iglesia acompañados de la música del Credo de la Misa Criolla de Ariel Ramírez: huida y esperanza. Esa combinación audaz, por cierta, en la que un posible exterminio de lo poco que queda en pie unido a la fe es un lo...