ANTONIO DI BENEDETTO. Elegía a la espera
Zama posee un discurso lento, con recovecos necesario para que las secuencias sucedan. En Zama todo fluye en un derrame continuo, una frecuencia que hiere. El Gobernador iere escapar, el lector lucha con una escritura “red” que lo atrapa. Los finales en Di Benedetto se anticipan; están advertidos desde las primeras palabras. Igual sorprenden porque la lengua en Zama, la letra de la carta que concede el permiso, es potente. Zama resulta una novela de la autorización imposible: una concesión que se demora para ser trama. Di Benedetto enseña a escribir a través de lo que se detiene. Todo transcurre por detrás de la autorización para que Zama logre el traslado a lo largo del territorio del Virreinato; quiere alejarse del peligro, del enemigo siempre al acecho. Imposible. Di Benedetto recurrió a la novela para apiadarse del exilio y honrar la lucha de aquellos que buscan justicia, aunque sea bajo la metáfora de un permiso escrito. Se debe leer Zama con los ojos de quienes todavía piensan qu...