LA VIDA COMO UNA PUERTA ABIERTA

La habitación de al lado. Pedro Almodóvar. 2024


Bregar por la sensualidad de la muerte es una vez más otra de las audacias de Almodóvar. El dolor se escurre entre las pinturas de Hopper y la escritura de Joyce. Quizás el padecer y la palabra sean algo más que un recurso estético, una búsqueda para no incomodar demasiado al espectador. Ya había escrito Bataille sobre el erotismo: un vértice frente a la muerte. La habitación de al lado es una constante vigilia para acompañar el momento definitivo de la vida humana. Una película que habla de las decisiones íntimas, del marco ético de la voluntad y de la visión profana y terrenal de la muerte. Se podría decir que la minuciosidad de la determinación para concluir ese pataleo, que nunca se deja de dar desde los primeros pasos, se asemeja a lo ritual del homenaje a los muertos en las batallas épicas. El cuerpo se preparaba con ungüentos y perfumes para después someterlo al fuego y entregarlo como humo a los dioses. La habitación de al lado es el continuum irreductible entre vida y muerte, entre lo humano y lo sacro. Almodóvar vuelve a pintar La lección de anatomía del Doctor Nicolaes Tup de Rembrandt para que los espectadores se involucren con el cuerpo y la belleza de lo efímero. Se decide a encarar lo transitorio. Lo hace con holgura.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LÍMITES

EL FINAL

ALIVIO