LA VEJEZ DE LO NUEVO
Días Perfectos. Win Wenders. Japón/Alemania. 2023
El lenguaje, como todo engranaje, puede convertirse en una mecánica infinita. Hasta el trabajo, que somete a los hombres a una tarea disciplinada con mucho de escolar, puede convertir lo impensable en poesía. Wenders selecciona imágenes en los oficios humanos, da luz a lo frecuente y empuja a encontrar lo insólito, lo insospechado en la rutina. Días Perfectos es una película que puede ser “vista” como un libro inagotable que vuelve siempre sobre la primera palabra. En realidad Wenders ayuda a que el hombre se sujete de un estribo para que el “mundo real” no se desmorone. El mundo clásico se ha ocupado de los quehaceres: Los trabajos y los días de Hesíodo; Las Geórgicas de Virgilio son ejemplos de cómo la humanidad ha distribuido su tiempo en función de vivir con otros. La máquina del tiempo puede ser tan prescindible como la palabra. Wenders exhibe el continuum como una cinta de Moebius en la que resulta complejo encontrar el comienzo del eslabón. Wenders es un maestro del silencio, de ese orden sagrado de la obediencia. El protagonista inicia la jornada deteniéndose en el sol. En la luz se libra la batalla de la pulcritud: una manera de que todo vuelva al origen. Días Perfectos también indica la vía del retorno. Es un recurso válido para asegurarse algo de vida. Lo logra.
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