METAMORFOSIS
El brote. Emiliano Dionisí. Teatro Maipo. CABA Creo que un actor se define cuando se calza en la piel a un personaje. Es un juego entre la apariencia, la realidad y la palabra. El teatro nunca dejó de ser un rito, un espectáculo que nos doblega justamente porque los “protagonistas” nos llevan a confundirlos entre tantos pliegues de ropa y de escena. El brote es también un viaje sin retorno. Asistimos en silencio, con algunas sonrisas porque alcanzamos a ver lo que la obra nos permite, no más: una batalla que nunca se resuelve entre el actor y su doble, entre un humano que cuelga su vestuario para enfrentar desnudo al público y al texto que se le asigna. Los protagonistas intentan “escapar” en vano de ese destino prefijado por la palabra; pero caen en la aridez de otra escena, de otro tiempo. El drama como género consiste en crear un rival, un jotro que siempre se esconde. Este “viaje” que nos propone Dionisi, encarnado en las miles de “pieles” de Roberto Peloni, es la ruta s...