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Mostrando entradas de abril, 2024

METAMORFOSIS

 El brote. Emiliano Dionisí. Teatro Maipo. CABA Creo que un actor se define cuando se calza en la piel a un personaje. Es un juego entre la apariencia, la realidad y la palabra. El teatro nunca dejó de ser un rito, un espectáculo que nos doblega justamente porque los “protagonistas” nos llevan a confundirlos entre tantos pliegues de ropa y de escena. El brote es también un viaje sin retorno. Asistimos en silencio, con algunas sonrisas porque alcanzamos a ver lo que la obra nos permite, no más: una batalla que nunca se resuelve entre el actor y su doble, entre un humano que cuelga su vestuario para enfrentar desnudo al público y al texto que se le asigna. Los protagonistas intentan “escapar” en vano de ese destino prefijado por la palabra; pero caen en la aridez de otra escena, de otro tiempo. El drama como género consiste en crear un rival, un jotro que siempre se esconde. Este  “viaje” que nos propone Dionisi, encarnado en las miles de “pieles” de Roberto Peloni, es la ruta s...

LO IRREAL

Adrianne and the Castle. Shannon Walsh. Estados Unidos. 2024 BAFICI El film canadiense indaga sobre la audacia de vivir la fantasía: el coraje de crear un “espacio” ajeno a lo frecuente. Es el camino para que el amor subsista sin necesidad de perderse en lo cotidiano. Los personajes se desplazan en un ambiente creado para la fuga a lo ficticio. La propuesta de Walsh es que el esoectador se declare cómplice de la trama; el sujeto que mira asiste con docilidad a ese mundo imposible, de seres salidos de los cuentos. Adrianne y el Castillo libra de cautela de lo apropiado en la escena, en la ropa y en los cuerpos.  No hay esceso sino un recurso en el que el regodeo tiene su medida. La medida de todo es el deseo mismo y su límite es el propio acomodamiento o inhibición. El amor de los protagonistas se extiende en la historia de otros: una leyenda que viene de lejos como escribió Von Sacher Masoch en La madre de Dios (XIX) y que nunca se detiene. En fin, una película que reflexiona sobre...

EL TERRITORIO

Los colonos. Felipe Gálvez.  Chile/Argentina. 2024 Gálvez nos plantea el antiguo interrogante sobre el suelo, la propiedad y lo extraño. El dominio del vasto territorio, en este caso, del sur de Chile, es un combate que libra el poder y sus habitantes históricos. Los colonos constituye un film épico: los dueños de siempre se apoderan de ia tierra a través de la matanza de los hombres originarios. La historia moderna, a esta “tarea” de pólvora y de sangre la tituló “conquista”. Siempre se saca al más débil aquello que le corresponde. Los códigos y la ley, que fueron hechos para sostener la apropiación, amparan la masacre injusta. El nativo configura siempre un “blanco fácil”, se lo acorraló desde antiguo para poder cercar con alambradas; cuestión de echar, correr hasta el abismo que pide la  justicia impropia. Los colonos es un film contundente. Los primeros planos poseen el tópico del paisaje ~aquello que nunca se posee~ y el de las caras de los perdedores. El film de Gálvez q...